
Los tallos poseen un ciclo de vida entre 4 y 7 años. Se desarrollan en cuatro fases: brotes o renuevos, culmos jóvenes o verdes, culmos maduros y culmos secos. La primera fase dura aproximadamente 6 meses y abarca desde que emerge el brote hasta que alcanza su altura definitiva. En esta fase el culmo se encuentra cubierto por hojas caulinares. La siguiente etapa dura de un año a un año y medio, los tallos se caracterizan por su color verde intenso y se pueden distinguir las bandas blancas en los nodos. Se identifica el inicio del proceso de maduración cuando los culmos cambian a un tono más claro y su corteza adquiere manchas blancas. La fase de maduración es la de mayor duración, entre 2 y 4 años y es la más adecuada para la cosecha de cañas maduras. En la última etapa los tallos cambian de color a un tono amarillento y se secan las ramificaciones.
Una vez que los tallos ya se han desarrollado se inicia el periodo de formación de ramas y hojas que en algunas variedades suelen ser abundante y en otras escasa.
Las hojas, por lo general, permanecen en la planta alrededor de un año o año y medio, luego se caen y son sustituidas por nuevas.
La floración de los bambúes es infrecuente, es decir que tanto las circunstancias como los momentos en los que se da la floración no pueden ser determinados con exactitud.
El bambú no se tala, se poda, y si se realiza de una manera apropiada es un recurso anualmente renovable. Se estima que la vida útil de una planta de bambú puede llegar hasta los 150 años en las plantaciones más longevas.